jueves, 31 de octubre de 2013

La fiebre de los códigos QR

De tres congresos en los que he estado últimamente, en dos de ellos se ha hablado con inusitado optimismo sobre el uso de códigos QR. Para quien no lo sepa, estos códigos futuristas son símplemente un puñado de cuadraditos entre tres esquinas que, a modo de código de barras, te redireccionan hacia una página web. Una idea así de simple tiene todos los visos de ser atractiva, efectiva y, finalmente, exitosa. Sin embargo, y aunque les pese a muchos náufragos que se aferran a esta tecnología como si fuera su última tabla, no ha sido así. Los códigos QR no han triunfado. ¿Por qué? ¿Dónde está su cara oculta? 

Un ejemplo de cómo los códigos QR en ocasiones ocultan más información de la que ofrecen.


Aunque los que nos dedicamos -entre otras cosas- a la tecnología vivamos en el mundo feliz de que todo el mundo la usa, lo cierto es que hay ejércitos de gente que sólo aprovecha lo más intuitivo de la tecnología que tiene a mano. ¿Son los códigos QR intuitivos? No. Rotundamente. Mucha gente los ve y no sabe ni lo que son. Pero imaginemos que les pica la curiosidad: "¿qué diablos será esta cosa tan moderna?" Generalmente no tienen al lado del código nada que les diga qué es y cómo aprovecharlo. Sigamos, sin embargo, suponiendo que esa persona pregunta a un vecino, o al amigo informático, qué son esos puntitos y éste se lo explica. El menda de turno, que tiene un smartphone normalito, se descarga la aplicación que le permite leer estos códigos y, al pasar por delante de la tienda de Apple, por ejemplo, ve un código QR. "Hostias", piensa, "Vamos a probarlo a ver si funciona, esto puede ser el futuro". Y sí, abre el móvil, intenta cargar el código, se coloca delante de él. Parece que el móvil lo coge. Sí. "¡Oh! La web de Apple." Cierta expresión de sorpresa fingida se dibuja en su rostro, quizás un tanto sonrojado ante sí mismo. "¿Esto es todo?" Y la peor pregunta: "¿Tanto para esto?".

Desgraciadamente es así: el contenido al que nos acercan los códigos QR es normalmente una web relacionada con aquel cartel en el que reposa el código de turno. ¿No es más sencillo abrir nuestro smartphone y escribir "Apple" en el navegador para acceder inmediatamente a la web de la empresa o a otras relacionadas?

La gente que vende los códigos QR como si fueran alfombras voladoras no se da cuenta del contexto social en el que se usa esta tecnología: gente que vive a un ritmo acelerado, con móviles que pierden su batería en unas horas y, en un principio, interesada por las cosas de forma superficial. Delante de un código QR tienes que pararte unos minutos a usar un móvil que probablemente esté en sus últimos momentos de vida del día para acceder a una información más completa que la del cartel de turno que vas a tener que leer en una pantallita de 6 centímetros de alto y que, probablemente, no te interesa. ¿Cuántas posibilidades hay de que lo hagas? 

De nuevo, poco sabremos de la persona que aquí reposa si no nos obligamos a usar la tecnología QR.

Buena parte del uso que se da actualmente a esta tecnología parte de una premisa equivocada: "Los códigos QR es algo que la gente usa". Debemos entender que sólo son una buena herramienta en contextos muy puntuales y como puerta a una información complementaria para gente con un interés alto y específico sobre un tema. Es decir, son algo muy elitista. La gente, normalmente, no usa un código QR a menos que esté tremendamente aburrida -y si tiene Internet para un código QR también lo tiene para echarse unas risas por Whatsapp, que probablemente sea más entretenido- o tenga un interés desmesurado en profundizar en un determinado tema. 

El forzar el uso de los códigos QR como se está haciendo actualmente sólo conduce, aunque resulte paradógico, a una cosa: ocultar información. Se ponen los códigos cada vez más grandes restando espacio en ocasiones a cuatro frases, una dirección web o una imagen que aportarían más información a todo el mundo. El uso pernicioso de esta tecnología evita incluir en formato analógico, escrito de toda la vida, ciertos datos para "invitar" a la gente a que se sumerja en el código QR. Craso error porque muy poca gente va a aburrirse tanto como para gastar su preciada batería -que es oro- en entrar en tu página, gañán.

¿Pensabais que el ministro Montoro no iba a ser también el más guay del patio?


Seamos sinceros, en el 90% de los casos usamos los códigos QR con el único objetivo de hacernos los chulos. "Mi cartel tiene un código QR y por ello soy más moderno y guay que nadie." El contenido da igual (¡Claro, si no va a entrar nadie!) lo único que importa es que aparezca ahí este cuadradito blanco con puntos negros porque estéticamente va a hablar muy bien de mí. De este modo, en el mundo del Patrimonio también se arrodilla en la mayoría de los casos el contenido ante la tecnología, el objetivo ante la herramienta. Y esto, señores, es contraproducente: la gente que usa un código QR que no le aporta realmente más información que acceder a la web de la institución de turno probablemente no vuelva a usar uno de estos códigos. ¿Para qué? Se nos olvida demasiado a menudo que la tecnología, por muy molona que sea, es un medio para transmitir un mensaje y que si este medio no cumple su objetivo es mejor sustituirlo. Así de sencillo. Lo demás sobra.

Además no debemos olvidar que una buena cobertura de red no llega -todavía- a todos los rincones del planeta. Se habla mucho de códigos QR instalados en los caminos de montaña más remotos para señalar así una magnífica ruta que hará las delicias de los que lo lean con su móvil. Pero maldición, ¿van a ofrecer todas las compañías buen acceso a Internet para descargar esa información desde aquel sitio recóndito? Seguramente no. Lo mismo se podría decir de la colocación de este tipo de códigos en yacimientos apartados de las ciudades por ejemplo. De nuevo, creo que se nos olvida el contexto real en el que se mueve actualmente nuestra sociedad. 

De nuevo, un flagrante caso de censura gracias a un código QR. ¿Creéis que esto se puede permitir?

Sin embargo, no niego que los códigos QR puedan ser una herramienta útil: imaginad, por ejemplo, un museo en el que todas las cartelas de las piezas tuvieran, además de la información básica que ya encontramos en ellas y que podemos leer sin tecnología de por medio, un pequeño código QR gracias al cual acceder a la ficha completa de cada pieza. Es una herramienta fantástica si se usa así y si nos aseguramos de que nunca sustituye a la información tradicional que, sin lugar a dudas, va a llegar a más público. Los códigos QR son una herramienta de profundización y uso puntual que resultan muy útiles, sobre todo, para investigadores y "frikis" del tema con el que se relacionen, pero no creo que nunca lleguen a ser la herramienta de futuro, de difusión y socialización del patrimonio con la que a veces se les confunde

Un buen uso de la tecnología de códigos QR. ¡Sí, existe!


"Al César lo que es del César..." Reconozcamos las posibilidades de esta tecnología en su justa medida para saber realmente aprovecharla como se debe. Podremos así evitar el lanzamiento de piedras que estamos haciendo contra nuestro propio tejado al usarla mayoritariamente con fines esteticistas, vendiéndola como el futuro de los futuros, la piedra angular de la difusión patrimonial. Patrañas... pero ¡Ay! ¡Qué fácil es generar un código QR de cualquier cosa y qué difícil un buen contenido del mismo!




domingo, 27 de octubre de 2013

Diario del curso (III): renderizados fotorrealistas de los modelos fotogramétricos

Durante esta tercera semana del curso nos hemos dedicado, entre otras cosas, a la explicación básica de Blender, un software que permite realizar renderizados fotorrealistas de nuestros modelos 3D que después pueden ser insertados en publicaciones, paneles, etc., así como realizar animaciones de los mismos. Hemos puesto especial atención en el uso de luces que permitieran sacar más información geométrica a nuestros objetos y en la generación, por ejemplo, de ortofotos de los mismos.

A continuación os dejamos algunos de los ejemplos que han realizado nuestros alumnos porque la verdad es que no tienen desperdicio, ambos son renderizados realizados con Blender Cycles:

Renderizado de un relieve de Benlliure realizado por José Antonio Quesada.

Renderizado de un soporte pétreo realizado por Pedro Peña.

También hemos trabajado en distintas herramientas que nos permite Meshlab, un software de edición de mallas 3D, y hemos tenido encuentros virtuales o hangouts. Este software nos ha dado ciertos problemas a la hora de importar las texturas, sobre todo, destacándose éste como uno de los fallos más importantes del programa, pese a que tiene muchas otras herramientas que resultan útiles a la hora de editar nuestros modelos.

En los hangout, además, hemos explicado cómo montar un estudio de fotografía casero que nos permita realizar la toma de imágenes de figuras pequeñas en un entorno de luz controlado y obtener resultados de calidad. En fotogrametría el control de la luz a la hora de tomar las imágenes es quizás lo más importante y esto se nota mucho si las realizamos en un estudio.

Izquierda: estudio casero de fotografía; Derecha, arriba: levantamiento fotogramétrico de una pieza; Derecha, abajo: renderizado de esa pieza.

Próximamente mostraremos diversos visores web y PDF 3D que están creando nuestros alumnos gracias al último bloque del curso.

lunes, 21 de octubre de 2013

Diario del curso (II): generando los modelos 3D fotogramétricos

Después de la primera semana, dedicada por entero a cómo se deben tomar las imágenes, en esta segunda semana nuestros alumnos han estado trabajando en la generación de los modelos 3D mediante dos software distintos: 123D Catch y PhotoScan.

El primero, Autodesk 123D Catch, es un software fotogramétrico de trabajo "en la nube", es decir, que los cálculos para la generación de los modelos se realizan en servidores externos a los que se envían las imágenes, posteriormente se te envía el modelo ya creado a tu ordenador. Esto tiene una serie de ventajas, como que no necesitas disponer de un ordenador muy potente para obtener buenos resultados, pero también una serie de inconvenientes ya que realmente careces de muchas opciones de control del proceso fotogramétrico.

Modelo fotogramétrico de un horno romano del s. I d.C. realizado por Yolanda Jiménez.


Sin embargo, Agisoft PhotoScan es un software de escritorio, es decir, que va a utilizar los recursos de tu propio PC para realizar todo el proceso de creación del modelo 3D. Esto, como hemos dicho, tiene el inconveniente de que si no dispones de un ordenador muy potente el proceso será lento y difícil, y quizás no te permitirá crear modelos en calidad alta o muy alta. Nos permitirá, sin embargo, tener un control mucho mayor en el proceso de creación de la nube de puntos, la geometría, la textura, etc.

Modelo fotogramétrico de una estatuilla realizado por Raúl Balsera.


Como podéis observar, los resultados que están consiguiendo nuestros alumnos son muy buenos y nuestro objetivo no es otro que darles la posibilidad de usar esta técnica con facilidad en sus futuros proyectos, conscientes de que las nuevas tecnologías nos proporcionan unas herramientas a las que no podemos dar la espalda si queremos que siga avanzando nuestra disciplina.

Modelo 3D de una pieza cerámica generado por Helena Torres.


Durante la semana que hoy comienza se abrirán los últimos bloques del curso en los que enseñaremos a los alumnos a editar sus modelos 3D, a realizar renderizados fotorrealistas y ortofotos de los mismos y a difundir estos resultados gracias al PDF 3D y a los Visores Web, por ejemplo. 


lunes, 14 de octubre de 2013

Diario del curso (I): la importancia de una buena toma de imágenes para la fotogrametría

Hace una semana comenzó el "Curso de introducción a la fotogrametría digital y su uso en patrimonio", organizado por la UBUabierta, en el que intentamos enseñar a estudiantes y profesionales a aplicar la fotogrametría a sus propios trabajos, así como mostrar todas las posibilidades de esta técnica para la documentación, análisis y difusión del patrimonio.

Durante la primera semana hemos realizado la introducción a la historia y fundamentos de la fotogrametría para explicar el marco en el que nace esta técnica y, sobre todo, el desarrollo de su aplicación al patrimonio. Además, también hemos tratado el que creemos que es el pilar fundamental de un buen levantamiento fotogramétrico: la realización de una buena toma de imágenes. Diseñar una estrategia de captura fotográfica correcta es lo que nos va a permitir la obtención de un modelo 3D de calidad y por ello creíamos que era tan importante dedicarle un bloque a este tema. 

Nuestros alumnos comienzan a realizar sus propios trabajos de toma de imágenes. En este caso se trata de las fotografías de una pieza cerámica, realizadas por Leticia Tobalina.

Se ha propuesto a los alumnos la realización de su propia estrategia de captura de imágenes y la documentación fotográfica de un objeto que vayan a restituir en 3D, lo que ha permitido solucionar muchas dudas, plantear problemas y generar debate en torno a cómo se deben tomar las imágenes para obtener buenos resultados con nuestro levantamiento fotogramétrico.

Se han planteado problemas como el uso o no de dianas a la hora de tomar nuestras imágenes. Aquí tenéis una fotografía de una lucerna de Iruña Veleia, en el Museo de Álava, realizada por Itxaso Azcune.

Pero, sin duda, la parte más positiva de esta primera semana de curso ha sido el contacto entre los participantes, contando cada uno qué se esperaban de la fotogrametría, si habían tenido experiencias previas con esta técnica, etc. Para ello el uso de los foros del aula virtual o las redes sociales resulta fundamental, y lo que se comenta en estos espacios constituye probablemente una de las partes más enriquecedoras del curso. Así mismo, también hemos llevado a cabo varias clases online o hangouts en los que nos hemos podido poner cara y hablar sobre la materia de forma más clara y cercana.

Captura de pantalla de un momento del hangout.

A partir de ahora vamos a comenzar a enseñar el uso práctico de 123D Catch y PhotoScan para completar la restitución 3D de los objetos que hemos fotografiado, por lo que pronto se podrán ver los primeros modelos 3D de nuestros alumnos y los resultados que vayan obteniendo con ellos. 

miércoles, 2 de octubre de 2013

Análisis fotogramétrico y colorimétrico de una estela romana

No me canso de intentar demostrar que la fotogrametría y los modelos 3D del patrimonio no sólo sirven para hacerte el guay delante de tus colegas. Es cierto que suelen ser impresionantes pero quizás no más de lo que hace 40 años lo era una fotografía a color. Dentro de poco el uso de modelos 3D se estandarizará en muchas profesiones y será entonces cuando de verdad se valore como merece la información que aporta el modelo de turno, más que su impacto visual. En el curso de iniciación a la fotogrametría y su uso en patrimonio se estudiarán todas las posibilidades de esta técnica, entre las que se encuentra la que explicamos a continuación.

En el Museo Provincial de Guadalajara se puede observar esta estela romana (s. I d.C.), que se encuentra en un estado de conservación bastante pobre, en la que resulta realmente difícil observar la inscripción milenaria que se encuentra en su cara frontal:



Pese a que contábamos con una luz nada propicia para la realización de un levantamiento fotogramétrico de la pieza al completo, sí hemos podido llevar a cabo la documentación de la cara frontal para iniciar un análisis de la geometría que nos permitiera observar mejor la inscripción. Para ello hemos generado el modelo 3D a partir de 33 imágenes gracias al software PhotoScan:



Posteriormente, hemos exportado este modelo con su textura fotográfica en .obj y lo hemos importado a Blender, donde se ha llevadeo a cabo el renderizado de la pieza con distintos tipos de luz, de forma que pudiéramos obtener ortofotos frontales de este ara votiva en las que se marcaran con precisión las distintas incisiones presentes en ella:



Además, hemos realizado varios análisis colorimétricos de una imagen de la pieza para detectar todas las anomalías posibles en su geometría y su color. Estos han sido realizados gracias al software gratuito ImageJ y a su plugin DStrech, pensado para el análisis de información pictórica en abrigos prehistóricos fundamentalmente:



El uso combinado de renderizados con luz rasante y análisis colorimétricos nos ha ayudado para individualizar las posibles incisiones pertenecientes a la inscripción romana y así ha sido reflejado de forma vectorial en un archivo de AutoCad:



De este modo, se han podido registrar partes de la inscripción que no están reflejadas en la transcripción que aparece en la cartela del museo. Sería necesaria la colaboración de un epigrafista para desencriptar a la perfección las letras a las que pertenecen todos esos trazos. Si alguno se anima, será bienvenido.

[AMPLIACIÓN]

Según nos ha comentado Alejandro Beltrán, es muy probable que esos puntos que aparecen dentro de las "O" y las "C" sean la consecuencia de usar el compás por parte del lapicida.

Nos ha indicado, además, que la lectura más probable de esta inscripción sea:

Herculi /Lucius / Iunius / Proculus / v(otum) f(ecit) l(ibens) m(erito).

Es decir: "A Hércules, Lucio Iunio Próculo le hizo este voto de buen grado."


¡Muchas gracias a Alejandro por su colaboración!

Otra posible interpretación se encuentra en la web de Hispania Epigraphica, donde tiene ficha esta estela, con la lectura realizada por Helena Gimeno. Podéis acceder a ella pulsando aquí.